(translated into English, original in spanish below)
Sex Work is not undignified. Its a service provided in exchange for money. Like that time when a guy drove by the corner where I used to work and said “get in”. You know if he doesn't ask the price that's because he has no problem paying what we think is fair for our work.
We left together. He was a very nice person. We are tired that people always believe our clients are “monstrous” evil beings. Most of the time they are fun people with specific needs, like anyone else.
The client had problems with his wife. He was totally in love with her. You could tell he really loved her. I sat with him and we had a drink. We chatted a lot. I told him “if you want to save your relationship, then fight to keep her. If you say it's love and the problems will pass, sort them out. You'll be able to save it.”
He paid me for the hours we shared and he left me on my work corner.
A few months later, a guy appears in a car and says “get in”, I get in.
Then he says “do you remember me?”. To be honest, I couldn't.
“No” I said.
“Oh, of course, the number of faces you must see pass day to day… It's me, we met a few months ago, I was on a break from my wife”.
We went for a drink again and he told me that he'd followed my advice and was back with his wife again. That my suggestions (or, should I say, my services) had helped a lot and that he was very grateful.
He left, I never saw him again, but he left me with a wonderful memory.
***
El trabajo sexual no es indigno. Es un servicio que se presta a cambio de
dinero. Como aquella vez que un hombre se acercó a la esquina donde
yo trabajaba y me dijo “subite”. Una sabe que si él no pregunta el precio,
es porque no tiene problemas de pagar lo que nosotras consideremos
justo por nuestro trabajo.
Nos fuimos juntos. Era una persona muy agradable. Estamos cansadas
de que crean siempre que nuestros clientes son seres “monstruosos” y
malos. La mayoría de las veces son personas muy amenas y con
necesidades específicas, como cualquier otra.
El cliente tenía problemas con su mujer. Estaba enamoradísimo se ella.
Se notaba que la quería en serio. Yo me senté con él y tomamos algo.
Hablamos mucho. Y le dije “si vos querés recuperar a tu mujer, entonces
jugate por ella. Si vos decís que hay amor y que esto tiene que pasar,
resolvelo. Vos lo vas a poder resolver”.
Me pagó por las horas compartidas y me dejó de nuevo en mi esquina
de trabajo.
A los meses, aparece un tipo en un auto, me dice “subite” y yo subo. En
ese momento, me dice “¿te acordás de mí?” yo, la verdad, no lo
recordaba. “No”, le dije. “Claro, es que con la cantidad de caras que
verás pasar todo el día por acá vos… Soy yo, hace unos meses nos
encontramos, estaba separado de mi mujer”.
Nos fuimos de nuevo, tomamos algo y me contó que siguió mis consejos
y que estaba de nuevo con su mujer. Que mis consejos (o mis servicios)
le habían servido mucho y que estaba muy agradecido. Se fue, no volví a verlo, pero siempre me quedó un gran recuerdo de esa persona.
